Las empresas están gastando millones para frenar leyes que limitan su marketing, en especial en el Tercer Mundo, de donde vienen los nuevos fumadores. Philip Morris demandó a Uruguay por una norma sobre advertencias en las marquillas.
THE NEW YORK TIMES
Traducción: Beatriz Cádiz
Con ventas que crecen en los países en desarrollo, los gigantes del tabaco están redoblando sus esfuerzos en todo el mundo para combatir el endurecimiento de las normas sobre marketing de cigarrillos.
Compañías como Philip Morris y British American Tobacco hacen lobby contra restricciones a la publicidad en Gran Bretaña, contra nuevos requisitos sobre como debe ser la advertencia de salud en Uruguay, contra aumentos de los impuestos en Filipinas y México.
También están gastando miles de millones en lobby y en marketing en Africa y Asia y, en un caso, financiaron secretamente publicidad política (en la última campaña electoral de Australia).
Los esfuerzos de la industria arreciaron especialmente en vísperas de la reunión de esta semana en Punta del Este de los 170 países del Convenio Marco para el Control del Tabaco, de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este año, Philip Morris International demandó al gobierno de Uruguay por regulaciones sobre tabaco "excesivas". Según funcionarios de la OMS, la demanda se planteó como un intento de intimidar al país y otros participantes del Convenio Marco cuando se disponían a considerar requisitos estrictos para el marketing del tabaco. La innovadora ley uruguaya exige que las advertencias sobre salud cubran el 80% de los paquetes.
También limita a cada marca, como Marlboro, a un solo diseño de marquilla, de modo que las variaciones entre diseños no induzcan a los fumadores a creer que los productos son menos nocivos.
La demanda contra Uruguay, planteada en la filial en Washington del Banco Mundial, reclama daños no especificados por ganancias caídas. "Están buscando utilizar el litigio para amedrentar a países de bajos y medianos ingresos", dice el Dr. Douglas Bettcher, presidente de Iniciativa Libre de Tabaco de la OMS. El producto bruto de Uruguay es la mitad de los 66.000 millones de dólares que factura anualmente la compañía.
Peter Nixon, vicepresidente y vocero de Philip Morris International, dijo que la empresa cumple con las leyes de comercialización de cada para consumidores adultos.
Fuente:http://www.ieco.clarin.com/ Domingo 21 de noviembre de 2010
Dossier demanda Philip Morris contra Uruguay ante el CIADI: https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0BzsbMiDsvU4bZjA2M2E2YzMtMzQzMC00NjYyLWFlMmMtODE1MDJhMjdiMjQ0&hl=es
Carlos Alberto Da Silva
Los nuevos fumadores
Las tabacaleras están reclutando agresivamente consumidores nuevos en los países en desarrollo, dice Bettcher, para reemplazar a los que dejan de fumar o mueren en los EE.UU. y Europa, donde los índices de fumadores se desploman.
El número de países que están poniendo limitaciones, así como el Acuerdo de la OMS, abren un campo de batalla entre tabaco y salud pública en ruedos legales y políticos de América Latina, Africa y Asia. Las tabacaleras libran algunas peleas juntas y otras por separado.
Philip Morris International, la división de Altria creada para actuar fuera de EE.UU., está especialmente agresiva en su combate contra las restricciones. No sólo demandó a Uruguay sino también a Brasil, argumentando que las imágenes que el gobierno quiere que se pongan en los paquetes no muestran con exactitud los efectos del tabaco en la salud y "vilipendian" a las tabacaleras. Las fotos muestran los efectos del fumar en la salud en forma más grotesca que las etiquetas, menores, recomendadas por EE.UU. Entre ellas, hay una que muestra a un feto con la advertencia de que fumar puede provocar abortos espontáneos.
En Irlanda y Noruega, subsidiarias de Philip Morris están entablando acciones por la prohibición de anuncios en los locales de venta. En Australia, donde el gobierno anunció un proyecto de exigir a los cigarrillos envoltorios lisos marrones o blancos, un funcionario de Philip Morris dirigió una campaña de oposición en los medios durante las últimas elecciones federales, de acuerdo a documentos obtenidos por un programa australiano de televisión y luego por The New Times . La campaña, de 5 millones de dólares, que daba a entender que provenía de dueños de pequeñas empresas, fue también financiada en parte por British American e Imperial Tobacco.
En estos días, los juzgados de todo el mundo encuentran a los gigantes tabacaleros mucho más a la defensiva. La OMS y su tratado alientan a gobiernos e individuos a litigar contra las tabacaleras, que hoy se topan con cada vez más demandas de fumadores y sistemas de salud en Brasil, Canadá, Israel, Italia, Nigeria, Polonia y Turquía.
En otras partes del mundo por ejemplo Indonesia, el quinto mayor mercado de tabaco donde hay escasa reglamentación, las empresas hacen un marketing prohibido en otros lados. En Indonesia, los avisos de tabaco aparecen en televisión y en el cine; los carteles bordean las autopistas; las compañías atraen a niños mediante conciertos y eventos deportivos, personajes de historieta adornan los paquetes y se les vende a los niños en los negocios. Funcionarios de Indonesia alegan que dependen de los puestos de trabajo en las tabacaleras, así como de la renta de los impuestos sobre los cigarrillos. Indonesia obtiene alrededor de 2.500 millones de dólares al año, sólo de Philip Morris International.
Patios traseros
"En EEUU, sacaron los carteles, acordaron no patrocinar eventos musicales, no utilizar más al vaquero de Marlboro", informa Matthew L. Myers, presidente de la campaña Niños Libres de Tabaco, con sede en Washington. "Ahora hacen todo eso en el exterior".
La segunda tabacalera privada del mundo, British American Tobacco, con ganancias de 4.400 millones de dólares sobre una facturación de 23.000 millones de dólares, gasta millones de dólares en lobby contra las medidas para proteger la salud, como las políticas de aire libre de humo de la Unión Europea.
Un video del sitio de Internet de la compañía dice que algunos de los métodos demostrados para reducir el consumo tales como impuestos y prohibición de avisos alientan el mercado negro de cigarrillos y que eso, a su vez, financiaría las drogas, el sexo, el tráfico de armas y el terrorismo. El video de seis minutos, en el cual los actores aparecen como gángsters, uno de ellos, con acento de Europa del Este, concluye: "Sólo los delincuentes se benefician".
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