Qué triste que estoy.
La literatura, el cine, y la nouvelle manga, me han hecho amar Japón a lo largo de estos últimos años. Creo que lo descubrí con las películas de Takeshi Kitano, en especial la inolvidable "El verano de Kikujiro", que nos lleva de viaje por un Japón en pleno verano.
Mas tarde las evocaciones nostálgicas del Kobe natal de Amelie Nothomb. Japón, su belleza, su comida, su idioma, marcaron a fuego a esta escritora, que transmite su amor por ese país en sus novelas autobiográficas.
Luego, los libros de Murakami y Yoshimoto me abrieron la puerta a la literatura, y a partir de esas lecturas me aventuré a otros autores, como Mishima , el "otro" Murakami y Kawakami. La literatura me hizo picar la curiosidad y empecé a experimentar con su comida, y descubrí un menú lleno de sabores nuevos y excitantes, comida saludable, liviana y exquisita.
Finalmente, hace pocos años, llegó a mi casa el ejemplar de la nouvelle manga "El Caminante" del maestro Jiro Taniguchi. Un libro sobre caminar por el barrio con el perro, mirando, disfrutando del paisaje cotidiano, de la belleza de un cerezo que dejó caer sus flores como una alfombra, del encanto de los pájaros, del silencio, de la soledad y de un globo de papel. A partir de ese libro, entré en el mundo de Taniguchi, completando el círculo de amor y fascinación por la cultura nipona.
Hace años que sueño con visitar japón, ver sus paisajes únicos de mar y montaña, su nieve, sus cerezos en flor.
¿Sabían que los japoneses tienen una festividad durante el mes de abril, en que los amigos se reúnen a hacer picnics bajo los árboles de cerezo recién florecidos? En el Hanami (literalmente "contemplar las flores") grupos de amigos, parejas y familias toman cervezas, comen algo y conversan, celebrando la belleza y lo efímero de la vida.
Qué triste que estoy. Este abril habrá mucha tristeza bajo esas flores de cerezo.
Fuente: http://www.lalectoraomnivora.blogspot.com/
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