Hoy se respira viento sur
ese que nace del frío
horno de barro calienta el sol
de los lugares perdidos.
Fuimos al recital sin saber qué nos íbamos a encontrar. Pero fuimos, porque Lisandro es de Viedma, porque es uno de los jóvenes músicos argentinos mas prometedores del momento, y porque en definitiva, si lo reconocen, admiran y quieren en todo el país, y sus dos primeros discos quedaron entre los mejores 50 de los años en que fueron editados... cómo no vamos a ir a verlo nosotros, que hemos pasado tantas noches de los noventa en Las Grutas escuchando sus covers y algunas de sus primeras canciones propias.
No conocía la música de Lisandro, aunque sabía que sus discos habían recibido buenas críticas. Pero algo me gustó mucho y fue leer una entrevista que le hicieron donde habló de Viedma, del río, del mar y de la vida acá. Me di cuenta que es un artista de esos que han seguido el consejo “pinta tu aldea”, que lleva su pueblo en el corazón.
Y lo pude corroborar. Las canciones de Aristimuño están llenas de viento, de río, de loros barranqueros, de atardeceres en el mar y en la costanera con almendros en flor. De árboles caídos donde ir a besarse con la novia adolescente y de frío. Lisandro flota en el agua, se deja llevar hasta el canal de Patagones... Y todo esto lo cuenta con música. Música sorprendente, gozosa, un sonido nuevo que mezcla cosas del pop, del folklore, de música electrónica y mas. Único e incomparable pero que a la vez me hizo pensar un poco en Vicentico, en Drexler, en Manu Chao, en Calamaro y en el flaco Spinetta.
Su orquesta “Los azules turquesas” está compuesta por cinco personas. Hay dos chelos, batería guitarra y bajo. Pero también hay charango, arreglos electrónicos y la incorporación de todo tipo de instrumentos de percusión que toca Rocío Aristimuño. Hace varios años que están juntos (cosa rara en el ambiente artístico) y se nota. Los músicos se comunican en el escenario, participan de un diálogo permanente. No es música triste ni bajoneante. Es música que te hace dar ganas de bailar y de cantar.
Si pueden, déjense sorprender por este hijo de Viedma. Van a pasar un buen momento.
Saludos de La Lectora Omnivora
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